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Los primeros cines de Coatzacoalcos

Tomado de Crónicas de Coatzacoalcos del cronista adjunto de Coatzacoalcos José Ignacio Ordóñez Rodríguez incluido en Pasajes, historia, luz y crónicas: cien años de Coatzacoalcos (pp. 171-176).

Historia de los cines porteños

Hagamos un poco de historia de los teatros y cines que han existido en nuestra ciudad, desde e antiguo Puerto México hasta la actualidad.

El primer cine en la ciudad se ubicó en la segunda calle de Ferrocarril (hoy Hilario Rodríguez Malpica). Más adelante, en 1908, don Manuel Estévez construyó el Teatro Estévez, en la tercera de Juárez, mismo que cambiaba de nombre según iban cambiando sus propietarios, como sigue: Teatro Juárez, Teatro Bringas, Teatro Castillo, Teatro Lux y finalmente Teatro Ideal.

En 1909, mientras se construía el mencionado Teatro Estévez, en los solares que años más tarde (finales de la década de los 40’s) ocupó la terminal de los Autobuses de Oriente (ADO), en la primera calle de Hidalgo, existió por algún tiempo una plaza de toros, donde también se hacían funciones teatrales y de cine.

En 1920, don Manuel Dávila Madrid instaló, también en la primera de Hidalgo peor en su acera sur, el Cine Madrid, en un local construido especialmente para este fin, mismo que lamentablemente duró poco tiempo. Tres años más tarde, en 1923, fue construido en la acera norte de la segunda de Ignacio de la Llave el Teatro Chapultepec, propiedad de don Juan Absalón y del acayuqueño Fidel Herrera. Esta sala estableció la modalidad de obsequiar al público, cuando se trataba de cintas de “hasta” quince episodios, de uno más, que se proyectaba a media calle en una pantalla provisional. Sin embargo, esta novedosa sala sólo duró hasta 1930, en que fue desmantelada por sus propietarios.

El Cine Ideal

Corría el año de 1932 y uno de los ex propietarios del cerrado Teatro Chapultepec, don Fidel Lara, tomó en renta el local donde funcionó la casa de huéspedes La Central, en la segunda calle de Corregidora (frente a las barracas del mercado y junto a la botica del mismo nombre) y abrió por un tiempo un salón para funciones teatrales y cinematográficas; a este salón lo llamó Teatro Ideal.

En 1933 este teatro se pasó al local que ocupaba el Teatro Lux, en la tercera calle de Juárez, por lo que a partir de entonces se llamó Teatro Ideal. En sus principios, antes de tomar el nombre de Ideal, además de la sala de luneta tenía palcos en ambos lados, entre ellos el destinado a las autoridades municipales; en la parte superior de los palcos estaba la galería.

Este teatro tuvo diversos arrendadores, ya que después del señor Estévez lo administraron el seños Guillermo Clemow y más adelante don Jorge Aguirre; fue con este último cuando la sala fue objeto de su primer remozamiento.

Como las películas de entonces eran mudas, en el primer teatro Estévez las funciones de los domingos eran amenizadas por la orquesta del maestro Fajardo. Luego, cuando se llamó Teatro Ideal y estuvo administrado por don Jorge Aguirre, en diversas ocasiones se contrató con el mismo objeto a las orquestas de los buques alemanes Holsatia y Toledo. Más adelante esta tarea le correspondió ejecutar a la popular marimba “La Santa”, de don Semei Roque Reyes, que se situaba primero sobre la banqueta, donde ejecutaba varias melodías para atraer a la gente, pero la tercera llamada, la que anunciaba el inicio de la función, los músicos se metían a toda prisa a la sala, con todo y marimba, para amenizar el espectáculo desde dentro.

Y es que en verdad las funciones del Ideal eran todo un espectáculo, que iniciaba desde que se repartían a la población cientos de volantes, mandados a imprimir ex profeso en “El Lápiz Rojo”, imprenta de don José Vicente Valdés, y continuaba cuando se instalaban a media calle, frente al cine, los vendedores de dulces, refrescos y fritangas, quienes luego de concluir las funciones se retiraban tras cumplir con su cometido.

Cabe añadir que en este cine se representaron famosas obras de teatro, ejecutadas tanto por aficionados locales como nacionales y de renombre, así como se llevó a cabo la presentación de famosos artistas – del cine, radio, teatro y televisión, como se anunciaba entonces – que formaban parte de las inolvidables caravanas artísticas, mismas que cada determinado tiempo llegaban a esta ciudad a alegrar a la población porteña.

Así mismo, en este mismo cine fue velado, en su paso desde Sudamérica, el cuerpo del poeta mexicano Jesús Urueta, lo mismo que ahí quedó preparado el catafalco para que fueran velados los restos de los aviadores españoles del accidentado “Cuatro Vientos”, que según un rumor habían sido localizados en la región y aquí se velarían, cosa que nunca sucedió porque todo fue un falso rumor.

El Teatro Ideal fue desmantelado para su remodelación en 1950, construyéndose mientras un salón, en la tercera de Zaragoza, que se denominó Cine Provisional.

Posteriormente, con su nuevo propietario, el señor Francisco Sumohano Hernández, fue reinaugurado en 1954 ya sólo bajo el nombre de Cine Ideal y con el edificio que conocimos hasta antes de su muy lamentable cierre, para dar paso a la instalación de una sucursal de conocida cadena mueblera nacional.

A la izquierda el cine Imperial
A la izquierda el cine Imperial

El Cine Imperial

En 1934, don Alejandro Bringas construyó un edificio de mampostería, aunque con techo de lámina, al que puso nombre Teatro Imperial, situado en la esquina de las calles Zaragoza y 5 de Mayo (hoy Carranza), brindando así al público un salón con más comodidades de los existentes hasta entonces y con los últimos adelantos en cinematografía.

Esta nueva sala fue considerada en esa época la más moderna del puerto, ya que contaba con un amplio foro para representaciones teatrales, una inmensa sala de luneta, con ventiladores eléctricos, además de galería.

Este inmueble es de muy gratos recuerdos para los habitantes del Coatzacoalcos de ayer, toda vez que fue una de las mejores salas de la época y en él se exhibieron los mejores filmes del cine nacional. Como ya dijimos líneas arriba fue en el año de 1934 cuando don Alejandro Bringas Palacio, luego de comprar el terreno, construyó este edificio totalmente de mampostería, aunque con techo de lámina y al que puso por nombre Teatro Ideal, en la esquina de la calle entonces llamada 5 de Mayo – hoy Carranza – e Ignacio Zaragoza, brindando así al público un salón con más comodidades de los existentes y con los últimos adelantos en cinematografía.

Esta nueva sala fue considerada en esa época la más moderna del puerto, ya que contaba con un amplio foro para representaciones teatrales, confortables butacas compradas en el DF al señor Letaif – padre de doña Lily Tubilla –, además de contar con ventiladores eléctricos de techo, una amplia sala de luneta y un enorme telón rojo que lo hacía más elegante.

El gerente del cine era don Luis Castillo, pionero de la radiodifusión en cada nuestra ciudad, quien como anécdota cada vez que se estrenaba alguna cinta de importancia, organizaba vistosas caravanas para anunciar la función y en donde se hacía una representación o sátira de la misma; participaba toda la familia Bringas, la mayoría de ellos muy jóvenes.

Cabe decir también que en ese recinto se presentaron innumerables eventos, obras teatrales y festivales artísticos, tanto nacionales como locales, además de muchas de las muy famosas caravanas artísticas itinerantes que una conocida marca cervecera llevaba por todo el interior del país.

Así entonces, el Cine Teatro Imperial fue durante muchos años el mejor de la ciudad. Sin embargo, por diversas circunstancias – en especial las económicas – la sala cinematográfica cerró sus puertas. Luego fue transformado en locales comerciales, rentándolos, hasta que fue vendido a empresarios de Monterrey, los que lo han derribado para construir un moderno establecimiento.