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Dos películas mudas sobre el zapatismo

Por Berenice Fragoso*

Los documentales hechos en tiempos de la Revolución Mexicana, además de ser informativos, obedecían ya a tendencias e inclinaciones políticas. En el caso del zapatismo, esto se manifestó de manera evidente con la producción y  exhibición de dos películas antagónicas: Sangre hermana (1914), fue un documental oficialista en pro del Ejército Federal del gobierno de Victoriano Huerta; La revolución zapatista (1914) sería su contraparte, filmada para justificar la causa de los surianos. Desafortunadamente, ninguna de las dos películas se conserva, ni siquiera fragmentariamente, pero les sobreviven fuentes impresas.

Los carteles, anuncios y programas subsistentes, permiten darnos idea de las escenas que conformaron los documentales, y de su intencionalidad política. En febrero de 1914, el Teatro Lírico de la Ciudad de México publicó en el diario El Independiente anuncios sobre la exhibición de Sangre hermana. En uno de ellos, se leía: “el publico verá maravillado verdaderos combates zapatistas, apreciará el valor de nuestros soldados, pueblos en el momento de ser incendiados, trenes volados por dinamita, zapatistas ejecutados y todos los horrores de la Revolución del Sur”. (1)

La mayoría de todos estos medios de difusión no escatimaron en peyorativas para referirse a los surianos como “hordas turbulentas”. Resalta una clara intención de exhibir al Ejército Libertador del Sur como una banda de gentuzas ruines e incendiarios despiadados de pueblos. También es importante destacar el sentido de pertenencia que se le daba al nombrar a las tropas federales como “nuestro heroico ejército” y marcar los hechos como “nuestra historia”. (2)

Descripciones de la película como “poema de dolor y lágrimas” y el que se le comparara con las películas europeas, son claros referentes del perfil de los espectadores que se esperaba abarcar y a los que iba dirigido el contenido antizapatista. De acuerdo con la propaganda, Sangre hermana tuvo un “ruidoso éxito”, y salió en gira “triunfal” por la república a mediados de febrero de 1914. (3)

La revolución zapatista

En el caso de la película pro suriana, La revolución zapatista, afortunadamente tenemos mucho más información detallada en cuanto a la estructura de la película y a la descripción de sus escenas. De acuerdo con un programa contenido en un cartel rescatado por Aurelio de los Reyes, algunas de las escenas eran las siguientes:

  • Vista panorámica de Cuernavaca tomada después de dos meses de sitio por las fuerzas del general Emiliano Zapata.
  • Cómo se divierten los valientes zapatistas, jaripeo en el estado de Morelos.
  • Vida íntima de un zapatista.
  • Vista panorámica de Cruz de Piedra, los cerros del Tepeyte y Tetillas.
  • Panorama de la hacienda de Temixco. El horror del incendio ordenado por la concentración de los indefensos vecinos.
  • Fusilamiento de un jefe zapatista. Hacemos notar al público que éste es un fusilamiento de verdad.
  • Bajo el aleteo de la muerte vibra todavía el amor. La abnegada mujer mexicana recoge el último suspiro del que fue el compañero de su vida.
  • El Suffolk, crucero inglés en el que huyó el más grande los tiranos y dictadores Victoriano Huerta. (4)

Al tratar de justificar al Ejército Libertador del Sur la información se manejaba, al igual que en Sangre hermana, intencionadamente. Pero en esta ocasión a favor de la causa zapatista, como se distingue al anteponérsele los epítetos de dictador y tirano a Huerta, y al adentrar al espectador en la cotidianidad de los guerrilleros sureños. También se aprecia en ella una especie de diálogo o repuesta a su película antagónica. Por ejemplo, en ambas películas había escenas de incendios; la versión oficialista señalaba a los sureños como incendiarios y en la versión zapatista eran ellos mismos quienes sufrían las quemazones. Se buscaba una sensibilización frente a la crueldad de la que eran víctimas los morelenses, mostrando que aquellos bárbaros simplemente eran osados campesinos peleando por un ideal, y que el severo castigo de su ahorcamiento era rotundamente inhumano. Si bien la versión antizapatista desarraigaba al revolucionario morelense por ser el causante de tanta calamidad para “nuestra paria”, en La revolución zapatista se invitaba a conocer su vida íntima, presentándose la majestuosa tierra que defendía con tomas panorámicas, en paisajes que se veían apesadumbrados por las batallas donde se perdían seres amados.

La realización de estas dos obras nos muestra que los camarógrafos mexicanos habían tenido un avance importante al evolucionar su lenguaje cinematográfico, realizando películas con un argumento detallado, teniendo de fondo una definida postura política. Tanto en un bando como en el otro se utilizaban tomas del campo de batalla, que apelaban a una empatía emocional por parte del espectador. (5)

Notas:

(1) Anuncio, El Independiente, 14 de febrero de 1914, en Jablonska y Leal, 1991, Revolución, 1991, p. 52.

(2) Anuncio del Teatro Lírico en El Independiente, 15 de febrero de 1914, en Jablonska y Leal, Revolución, 1991, p. 52.

(3) Idem.

(4) De los Reyes Aurelio, Filmografía del cine mudo mexicano. 1896-1930, tomo 1, Filmoteca de la UNAM, México, 1986, pp. 102-104. Según De los Reyes, la película tenía una estructura parecida a la de las películas de la toma de Ciudad Juárez; incluía escenas de luchas cuerpo a cuerpo, imágenes de soldaderas y hasta los hechos de la ocupación norteamericana en Veracruz.

(5) De los Reyes, Cine, 1996, p. 139.

* Estudiante de posgrado del CIDHEM.